Centro de idiomas

 
 
     El padre de la fantasía moderna, J.R.R Tolkien, emprendió la titánica tarea de construir alfabetos y lenguas (dos y cuatro, respectivamente) como parte de la creación de su Tierra Media. Y bueno, las lenguas inventadas han formado parte de los mundos propios ya casi por tradición. Desde cuando uno se pone a componer el nombre de un personaje, juntando sílabas que suenen bien y vayan con su personalidad, hasta las palabras mágicas.

     Pero ponerse a inventar una lengua completa... eso ya es otro asunto. Hay muchísimas cosas que considerar, y el vocabulario no es lo de menos. Supongamos que estamos a punto de inventar una palabra... voy a cerrar los ojos y teclear  cuatro letras al azar:

                                        gwed 

     Bueno, aquí está nuestra nueva palabra. Monosilábica. Se pronunciaría algo así como [gued]. Ahora nos toca averiguar algunas cosas sobre esta palabra. El significado es una... supongamos que esta quiere decir “gato”. No me imagino a un gato llamándose gwed, pero recuerden que esto es sólo un ejemplo. :)

     ¿Qué más? Gwed... ¿será un término masculino o femenino? ¿Será gato, o gata? O nuestra nueva lengua, como el inglés, no distinguirá géneros gramaticales? ¿Cuándo vamos a utilizar gwed... en una situación formal (gato) o en una informal (morrongo, michino)? Los adjetivos... ¿vamos a colocarlos delante o atrás? Etc, etc.

     Bueno, si contestamos a todas estas preguntas, ya tendremos la primera palabra de nuestra nueva lengua. Inventemos a continuación la segunda. Inventemos la palabra perro. Pero ahora no podemos conformarnos con teclear a ojos cerrados. Nuestra segunda palabra tiene que ser, entre otras cosas, coherente con la primera. Y eso es mucho más difícil de lo que aparece a primera vista.

     La primera palabra que inventé fue “hanben”, que quería decir, decidí, “buena suerte”, el saludo tradicional en la lengua lotin (una raza recién inventada). Cuando tomé una lengua real como base para la lotin (el finlandés), el “hanben” no tenía nada que ver con el nuevo patrón de sonidos y construcción. Así que con todo el dolor de mi corazón, se tuvo que transformar en “hainen”. Y ese fue el fin de mi primera palabra inventada.

     Pero no siempre fue así de fácil. Una vez, llamé a un personaje Clyve, porque “Clive” me fue sugerido por mi profesor de literatura como “un nombre apuesto para alguien apuesto”... y yo, aunque estaba convencida de que era el nombre perfecto para mi personaje, no quería conservar la ortografía de la lengua inglesa.  De modo que allá voy a agregarle una elegante “y”. Y con Clyveme quedé.

     Pero si bien Clyve, por razones de la historia, tendría que ser una palabra de la lengua jinai, a la hora de determinar los límites de esa lengua... ¡me di cuenta de que en realidad esa palabra no cabía por ningún lado! Me puse a inventar miles de pretextos, todos fonéticos, para justificarla... y al final casi lo logré... salvo por esa condenada “e” final que es muda y que no tiene ninguna razón de ser. Bueno, cosas que suceden. Clyve se quedó con su nombre... entre un montón de personajes con apelativos totalmente jinai.

      Como ven, las lenguas inventadas son una cuestión delicada. Inventar una completa, con toda sinceridad, esa es una tarea que, para mí, resulta  casi imposible.  Pero, con todo, las lenguas me fascinan, y no puedo resistir la tentación de juguetear con ellas.

     Mis notas con respecto a los idiomas  tienen que ver, más que nada, con la invención de nombres de personajes y de topónimos en Tyander. Tengo una o más lenguas reales como base para las imaginarias, una localización más o menos determinada para las imaginarias... y según sea necesario en la historia, invento el nombre. Lo que hago para ello es tomar “prestados” sonidos y a veces hasta palabras de las lenguas reales  y modificarlos un poco (gracias al cielo las lenguas son del dominio público). Funciona de maravilla,  y como hasta cierto punto resuelve el problema de coherencia entre palabra y palabra, hasta suena auténtico.

    Algunos de mis nombres tienen orígenes realmente tontos. Por ejemplo, Tad (el nombre del padre de Deirdre, la elfa) significa “papá” en galés. Aiiti (la madre de Kaikki,el cazador) significa “madre”en finlandés... el sonido es el mismo, pero no la ortografía. Todos los dragones que habitan mis islas de Yeul tienen nombres de colores en turco.

     No creo que ninguna de mis lenguas alcance alguna vez un desarrollo más o menos decente. Espero, sin embargo, que mis notas conserven utilidad.
 

Sobre las lenguas

     El nombre de las lenguas está tomado del pueblo que las utiliza, o bien de las regiones donde se habla. Por el momento, sólo tengo registradas las lenguas del continente conocido, en total once.

     El formato en el que las presento es el siguiente:

Lengua: Nombre de la lengua.

Clasificación:  Según el sistema gramatical y de construcción de la lengua, pueden clasificarse en Monosilábicas (que no presentan flexiones y están compuestas de sílabas separadas, como el chino), Aglutinantes (en las que las palabras se forman por medio de sílabas pegadas, como el japonés), Sintéticas (en las que se encuentras palabras compuestas a partir de otras, como el esquimal) y Flexivas (que tienen conjugaciones y declinaciones, como el español y el latín).

Lengua(s) base: La o las lenguas reales en las que cada lengua está basada.

Origen histórico: Por supuesto, esto se refiere a la historia de mi mundo.

Sistema vocálico: El número de vocales que tiene.

Sintaxis: El orden usual de las oraciones. Las abreviaturas que utilizo son S(sujeto), V(verbo) y O(objeto). Proporciono una oración en español para simular cómo se oiría la gramática de cada lengua.

Sistema de escritura propio: Únicamente si tiene o no.

Dificultad: Para un hablante de español standard, según la tabla siguente:
 

* Fácil
** Regular
*** Difícil
**** Para masoquistas
Uso: Si la lengua tiene alguna finalidad en especial, o si la usa algún grupo étnico determinado.

Regiones donde se habla: Nombre de los lugares en los que se usa cada lengua.

Localización geográfica: La información anterior, presentada dentro de un mapa.
 
 

Las once lenguas registradas de Tyander:





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